Los humedales, la ley y la trampa

por Mariano Pagnucco
Fotos: Hernán Vitenberg
02 de marzo de 2022

Nueve veces fracasó en el Congreso de la Nación el intento de discusión de una Ley de Humedales. A pesar del triple lobby económico que juega en contra, distintos espacios socioambientales siguen adelante con una lucha política que se ha vuelto urgente.

La fecha es el 18 de agosto de 2021. En la Plaza de Mayo, a eso de las tres de la tarde, comienza a congregarse una multitud. Quienes estamos de cuerpo presente somos testigos de un hecho histórico: hace una semana partió desde Rosario una travesía en kayak impulsada por la Multisectorial Humedales. Remaron más de 350 km por el Río Paraná para llegar a Buenos Aires. Desde la plaza van a caminar hacia el Congreso, unas 15 cuadras, para exigir que la Cámara de Diputados discuta una ley de protección de los humedales. Esos ecosistemas, de vital importancia para la todas las especies que respiran, representan el 21 por ciento del territorio argentino.

Ese día no hay notas en los principales portales de noticias sobre el tema. Pero otra noticia sí se busca instalar en La Nación, Perfil e Infobae: alarma por una invasión de carpinchos en Nordelta, uno de los barrios más exclusivos de la provincia de Buenos Aires y de la Argentina. En la plaza, antes de que comience la caravana con pancartas y carteles que exigen “Ley de humedales ya”, está el abogado ambientalista Enrique Viale.

Ante la consulta por la cobertura sesgada, dice: “Es muy elocuente cómo los medios circunscriben la problemática de los humedales y medioambiental dándola vuelta, mostrando exactamente lo contrario: los carpinchos invadiendo a Nordelta, a los barrios cerrados, como si no fuera exactamente al revés. Hemos arrasado con esos humedales y si existiera una ley como la que estamos pidiendo, el proceso no hubiera sido el mismo. Esos barrios cerrados están construidos sobre la destrucción de humedales y vendidos como una vuelta a la naturaleza”.

Los carpinchos aliados de la lucha por los humedales (no los carpinchos violentos que atacan mascotas en Nordelta) aparecían multiplicados en aquella ocasión: en carteles, banderas, pancartas, remeras y hasta disfraces. Luego se convirtieron en memes, dándole cierta visibilidad pública a la discusión legislativa que despertaba el interés de unas 400 agrupaciones nucleadas en la Multisectorial.

Al finalizar la caravana histórica, representantes de la lucha socioambiental fueron recibidxs por el diputado Leonardo Grosso (Frente de Todos), presidente de la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano; y sus colegas Daniela Vilar (Frente de Todos) y Enrique Estévez (Partido Socialista). 

Juan Camelia, de la Multisectorial: “La respuesta que nos dieron fue muy franca, admitiendo los muchos intereses económicos que están impidiendo el avance de la ley. Esas mismas palabras usaron. Nos dijeron que es muy probable que vuelva a perder estado parlamentario a pesar de la gravedad de la situación. De alguna manera, también, nos felicitaron tibiamente por poner en agenda esta temática y, un poco cínicamente, nos alentaron a seguir. Lo de cínico es porque se mostraron como compañeros de lucha y, al mismo tiempo, nos dieron propuestas de avance concreto muy pobres”.

Quedaba un margen de expectativa para que el proyecto de Ley de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental para el uso racional y sostenible de los Humedales entrara en las sesiones extraordinarias de comienzos de 2022, pero esa ilusión se diluyó rápidamente. En el Congreso hubo antes ocho proyectos parlamentarios similares que avanzaron y finalmente se cayeron.

Multisectorial Humedales: "No necesitamos que nos expliquen lo que vivimos en carne propia: hemos ido a apagar el fuego, convivimos con las comunidades afectadas, consumimos el agua, respiramos el humo".

Viale, que fue asesor parlamentario de Fernando “Pino” Solanas, devela el “triple lobby” que hay detrás de este asunto: “En la Ley de Bosques estaba el lobby del agronegocio y en la Ley de Glaciares el lobby de la megaminería. Acá hay tres lobbys: el agronegocio por la ganadería y la soja que avanzan con su frontera sobre estos ecosistemas; la especulación inmobiliaria y los barrios cerrados como segundo lobby; y la minería que tampoco quiere esta ley, porque el litio se obtiene en salares de altura, que son humedales”. Si bien la ley no tiene un carácter prohibitivo y su función es “ordenar y regular el territorio”, “los grandes poderes de la Argentina son tan fuertes que no quieren ni una mínima regulación”.

 

La burla del Ministerio

Como en el monte cordobés o los bosques patagónicos, los incendios son la expresión del modelo extractivista sobre los humedales: quemar para que avance el capital en alguna de las vertientes productivas (ganadería, forestación de especies ajenas al ecosistema, agricultura intensiva). Los registros oficiales sobre la superficie de humedales afectada son ineficientes cuando no inexistentes. La Red Nacional de Humedales (RENAHU), conformada en 2020 ante la emergencia ambiental que se potenció con la pandemia, maneja números contundentes: al menos un millón de hectáreas arrasadas por el fuego en los últimos dos años. Por eso desde la Multisectorial y otros espacios socioambientales han militado activamente la ley. Y lo siguen haciendo.

Con el proyecto anterior caído, quien salió a ocupar la escena política fue el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, que expresó la intención de poner en discusión nuevamente la esperada Ley de Humedales. Diversos sectores que confluyen en la RENAHU participaron en las dos reuniones convocadas desde Ambiente en lo que va de 2022. La primera de ellas se realizó el 15 de febrero, de modo virtual, y tuvo de interlocutora estatal a Gabriela González Trilla, a cargo de la Dirección Nacional de Gestión Ambiental del Agua y los Ecosistemas Acuáticos.

Constanza Mc Loughlin hace su balance después de haber asistido a la reunión desde la Multisectorial: “La funcionaria se presentó como una persona académicamente formada y como militante de base en preservar los humedales. El resto de la reunión fue una cátedra sobre la importancia de los humedales. Para nosotros como organización fue una burla, no necesitamos que nos expliquen lo que vivimos en carne propia: hemos ido a apagar el fuego, convivimos con las comunidades afectadas, consumimos el agua, respiramos el humo”.

Otro tramo del encuentro virtual estuvo destinado a hablar del proyecto de ley. Mc Loughlin dice que la postura de la funcionaria encendió un alerta en el auditorio: “Para ella, los sectores productivos que no fueron escuchados deben ser partícipes en la redacción de la Ley de Humedales. También repitió varias veces que hay que evangelizar a esos sectores para que entiendan la importancia de los humedales. Nos puso en un lugar casi de inocencia, porque sabemos bien que el sector productivo sabe lo que hace, y si no lo sabe el Estado se lo deja claro, ya que ante un desastre ambiental los subsidios van para ese sector. Tenemos claro que leyeron la ley, saben lo que dice la ley y como entienden la importancia de los humedales, los van a seguir reventando”.

El día que llegó a Buenos Aires la histórica caravana en kayak después de haber remado más de 35 km por el río Paraná, en distintos portales de noticias el tema urgente era la invasión de carpinchos en Nordelta.

La consigna que se repite y se profundiza ante el avance de las quemas es “Ley de Humedales ya”. Pero la respuesta de González Trilla tuvo otro tono: “Yo estoy ansiosa como ustedes por que la ley salga, no hay que ser tan ansiosos”.

Toca recorrer un nuevo camino legislativo, que será más complejo si en la letra del proyecto entran los intereses de los sectores que ven a los humedales como territorios de ganancia y no como espacios de vida. Mc Loughlin entiende que la ley es una herramienta fundamental, pero que la construcción de la Multisectorial Humedales en dos años tiene un horizonte futuro mucho más prometedor: “La población entendió que la nuestra no es solamente una lucha ambiental, que también somos vecinas y vecinos afectados. Siempre buscamos articular la lucha con el arte y accciones concretas de comunicación, por eso la gente nos apoya y viene a las convocatorias, porque entiende que el nuestro es un espacio político seguro donde reconocerse con otros y otras que están peleando por lo mismo”

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