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“El gobierno de Milei está re cagado con la lucha del Garrahan”

por Revista Cítrica
08 de junio de 2025

“La gente se está cagando de hambre”, dice el médico residente del Hospital Penna, Franco Capone. Su elección de vida estuvo marcada por su propia historia: “Yo elegí ser médico principalmente porque de chico tenía bastantes problemas respiratorios”. En la entrevista recorremos la lucha actual de médicas y médicos en defensa de la salud pública, su militancia, la historia de resistencia del personal sanitario en la Argentina y los desafíos frente al ajuste. En las calles, entre guardias y marchas, late una convicción: la pelea colectiva sigue siendo la mayor esperanza.

Franco Capone es médico residente en el Hospital Penna, militante del PTS e integrante de la Posta de Salud y Cuidados que asiste manifestantes en marchas masivas y cada miércoles frente al Congreso de la Nación donde las fuerzas de Bullrich y Milei se encargan de reprimir cualquier protesta. Con 30 años, combina la práctica médica con la militancia política en un contexto donde el sistema sanitario atraviesa recortes, despidos y salarios de miseria. Mientras un residente en CABA cobra muy por debajo de la canasta básica al mes, un diputado nacional percibe más de $4 millones en bruto y hasta $9 millones también, una distancia que resume la desigualdad en un país donde, como él mismo dice, “la gente se está cagando de hambre”.

El artículo surge en el marco de su paso por nuestro stream junto al medio digital Posdata, transmitido los jueves a las 20 hs. y conducido por Gabriela Yvi y Nelson Santacruz. Allí, Capone nos habló de su infancia, de su decisión de ser médico y de por qué considera que militar es también su verdadera profesión. “Yo elegí ser médico principalmente porque de chico tenía bastantes problemas respiratorios y siempre mi mamá me nebulizaba con unas gotitas… esas gotitas me dejaban respirar. Para mí era como un héroe y sinceramente yo quería poder aliviar a las personas que estaban sufriendo".

Con el tiempo, eligió medicina general y familiar, orientada al trabajo territorial como lo que hace en la Villa 21-24 con su tarea diaria en el CESAC 35. “Elegí militar porque me di cuenta que las soluciones tienen que ser de raíz y son muy profundas en un sistema cada vez más degradante, que hace que lamentablemente miles de niños nunca tengan una perspectiva de poder irse de vacaciones, tener una casa que no se inunde o que no vivan con plomo en sangre porque le tocó crecer al lado del Riachuelo. Ahí fue cuando, aparte de ser médico, elegí mi verdadero camino, que es ser militante”.

El Garrahan en la mira del ajuste

La coyuntura no le da respiro al sistema público de salud. Los miles de despidos en el Ministerio de Salud, bajo el mando de Mario Lugones, los recortes en el Hospital Posadas y las amenazas de cierre de servicios impactan de lleno en la atención. Para Franco, el caso del Hospital Garrahan simboliza la resistencia frente al gobierno de Milei. “Hoy estar en la defensa del hospital Garrahan uno se siente bien, siente que es parte de la historia de nuestro país, de la defensa de la salud pública, de las miles de vidas de niñas, niños y adolescentes, y de la unidad”.

-¿Qué le respondés a los que dicen que en el Estado hay exceso de administrativos?
-Yo te lo desmiento en tres segundos. Toman a lo no médico como administrativo. Y cualquiera que esté en un hospital sabe que sin kinesiología, trabajo social, farmacia, psicología, bioquímica, la salud pública no funciona. Sin el resto, sin el trabajo en equipo, no hay salud pública.

La lista de problemas sanitarios es larga: “Noto un crecimiento muy grande de las enfermedades crónicas no transmisibles como hipertensión, diabetes, un alzamiento de tuberculosis, sífilis, malnutrición infantil, dificultad para el acceso a controles de salud y una pandemia de salud mental. Miles de personas requieren psicología o psiquiatría y no hay posibilidad. La malnutrición infantil es algo que también se ve mucho porque mucha gente solamente puede comer la comida que retira de un comedor. En este contexto se ataca al hospital Garrahan”.

El médico enlaza el presente con la historia de las luchas en el sector: el directorio obrero del Posadas en los años 70, la represión en el Borda, la marea blanca de enfermería en plena pandemia, la lucha de residentes en 2022 y, ahora, el Garrahan. “Mis compañeros residentes me transmiten una fuerza tremenda. La sociedad entera está queriendo defender este hospital y eso pasa a ser uno de los momentos más importantes. Estoy convencido de que para defender el hospital tiene que haber unidad con las familias y con todos los trabajadores. El gobierno de Milei está re cagado con la lucha del Garrahan”.

Lucha y organización

En sus palabras, no hay ajuste sin represión. “El gobierno sabe que tiene que generar un clima de que pisar la calle está prohibido porque el protocolo de Bullrich no te lo permite. Pero ahí están los jubilados, las personas con discapacidad, los residentes cortando calles. Eso al gobierno no le gusta, obviamente”.

El malestar social se expresa en distintos territorios: Tierra del Fuego, Catamarca, Neuquén, Buenos Aires. Sin embargo, Capone advierte sobre el rol de la dirigencia sindical: “Todavía hay un gran clima de contención porque la CGT y la CTA están jugando un rol de total alianza con el gobierno de Milei. Un nivel de traición brutal. En cada marcha se canta paro general, pero las centrales no tienen predisposición de convocar. Lo que hay es predisposición de negociar recortes salariales y paritarias a la baja”.

-¿Cuál es la diferencia con lo que plantea la izquierda?
-Están militando la resignación de que esperes al 2027. Los “troskos” no. Los troskos te decimos que hay que luchar ahora.

Para Franco la discusión de fondo es el propio sistema. “No hay posibilidad de una vida digna en el capitalismo. Tiene que haber una revolución. Tenemos que construir una fuerza material en unidad con desocupados, con los trabajadores y estudiantes, para terminar con la barbarie de este sistema en donde vemos cada vez más niños revolviendo la basura”.

Y su propuesta no se queda en lo declamativo. Desde la izquierda plantean la reducción de la jornada laboral para generar un millón y medio de puestos de trabajo, jubilaciones dignas y la defensa irrestricta de la salud pública. En paralelo, en la Posta de Salud y Cuidados seguimos creciendo como espacio de resistencia: investigamos gases represivos junto al CONICET, acompañamos movilizaciones y ofrecemos contención a quienes enfrentan la represión en la calle.

“Invitamos a toda la población a defender el Hospital Garrahan, a estar junto a los jubilados cada miércoles, a sumarse a la posta de salud y cuidado. Queremos que crezca en todo el país como ejemplo de organización y resistencia para que nadie se quede masticando bronca en la casa”, cierra.