Tres policías entraron a una escuela en Florencio Varela para perseguir a un profesor que mencionó la desaparición de Santiago Maldonado en una clase.
Federico Mendoza es profesor de Política y Ciudadanía en la Escuela Técnica N°4 de Florencio Varela, en la provincia de Buenos Aires. En las últimas clases venían charlando con los chicos sobre la desaparición forzada de personas y los últimos temas que habían tocado eran la dictadura de 1976 y la Noche de los Lápices. En ese marco, como todo buen maestro, que enseña historia para pensar también el presente, la desaparición de Santiago Maldonado llegó al aula. Algo lógico: contar cómo la Gendarmería repitió la historia hace apenas poco más de un mes. Sin embargo la policía consideró que educar, enseñar, contar, charlar sobre una desaparición forzada era algo ilegal y fue a buscar a Federico al colegio. A hacerle preguntas, como si hubiese cometido un delito.
“La directora me planteó que la policía quería hablar conmigo. Tres policías entraron a la escuela a buscarme. Lo primero que me dijeron es que yo no tengo autoridad para hablar de política en mi clase, que no puedo hablar de Santiago Maldonado y que me baso en la teoría de los binoculares. Aunque no tenía nada qué explicarles, lo hice”, cuenta Federico Mendoza cómo tuvo que enfrentar la operación mediática de subvaloración de las palabras de los mapuche.
La llegada de la policía se originó porque una alumna le pidió retirarse porque su madre no la dejaba asistir a una clase sobre el tema. “Entonces la dejé irse y luego volvió a avisarme que su madre la vino a retirar. Pero a las 3 de la tarde yo pasó a firmar por la dirección y me avisan que la madre de mi alumna estaba en la escuela con la policía esperándome”, relata Federico. “La madre, acompañada por la policía me gritaba y me agarra del brazo. La policía apoyaba la opinión de la madre. Me decían que cometía una falta porque estaba hablando de la desaparición de alguien y no puedo comprobar que desapareció. La policía vino a intimidar y hacer un abuso de autoridad en una escuela secundaria. La madre de la chica pedía que la policía me lleve. Pero me pude ir a trabajar”.
Para Federico se trató de una situación insólita: nunca imaginó que no fuera la directora quien analizara su clase sino la policía. “Las fuerzas de seguridad se metieron en mis contenidos. El problema es la intromisión, la intimidación y el discurso de la policía. El argumento que daban es parecido al de Videla: no está, ni vivo ni muerto”.
“Tres policías entraron a la escuela a buscarme porque hablé de la desaparición de Santiago Maldonado. El gobierno le dio carta blanca para actuar a la policía con el discurso que lleva adelante en los medios de comunicación y con sus voceros. Habilitó a las fuerzas de seguridad a actuar y a la población a denunciar bajo el argumento de que hablar de Santiago Maldonado es un delito. Parece que lo quieren encubrir. No lo estoy hablando yo, como profesor de un colegio en Florencio Varela, el mundo está hablando de este caso”, resume el docente, quien ya viene sintiendo hace mucho tiempo la política represiva de Cambiemos: “No es una política aislada. Este gobierno desde que llegó reprime los reclamos populares: pasó en Pepsico y pasó con muchos trabajadores".
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