Crespo Juniors: el club que recuperó su alma

por Hernán Zyseskind
26 de septiembre de 2018

Tres socios que pasaron su infancia allí cambiaron la realidad del lugar, con el acompañamiento y la buena voluntad de los vecinos de Pompeya. Ahora deben ingeniárselas para resistir el tarifazo.

Javier Akgulian, Diego Del Corno y Gabriel Marra jugaron a la pelota, marcaron goles de esos que se gritan con el alma, ganaron partidos que aún hoy recuerdan, aprendieron a perder, se fundieron en abrazos, lloraron por un amor, se bancaron en las buenas y en las malas, prestaron el oído, intentaron consolarse cuando las cosas no salieron como las esperaban. Cosas de amigos. Lo hicieron en el lugar al que se iban cuando no tenían ganas de perder el tiempo haciendo la tarea, en el espacio donde querían estar, donde estaba la infancia: en su club, en el Crespo Juniors.

La infancia se convierte en recuerdo. Dicen que no se recupera. Pero ellos no lo creyeron. El paso de los años, los golpes económicos y las personas que se metieron en el club a hacer negocios les destrozaron sus recuerdos. Y volvieron para recuperarlos. Se propusieron que los pibes del barrio puedan vivir lo mismo que ellos: pasar sus tardes en el club. Y a pesar de los tarifazos, que son un tremendo gol en contra, lo van consiguiendo.

Ubicado en Tabaré al 1900 de Nueva Pompeya, Crespo Juniors posee un predio con 2 canchas de fútbol 11, otras 2 de baby fútbol, vestuarios, baños, salón multiusos y buffet. Javier, Diego y Gabriel son ahora integrantes de la Comisión Directiva que le abrió sus puertas a los pibes de la calle, con un 60 por ciento de socios becados, y comenzaron la campaña “Un techo para Crespo Juniors”. 

-Ustedes se criaron acá y con los años regresaron formando parte de una comisión directiva. ¿Cómo se dio ese proceso?

- (Del Corno) Lamentablemente, hay personas que se adueñan de los clubes y los usan como su “kiosquito” durante años. Por suerte, la mano cambió y vemos que, en varios clubes, hay gente joven como nosotros que trabajan para el bien de la institución. La gente del barrio estaba acostumbrada a ver un club donde solamente se alquilaban canchas y no había vida social. 

-(Akgulian) Para nosotros es un doble esfuerzo. En mi caso, como el de muchos otros, hemos tenido familiares que han trabajado acá, brindando su tiempo en cuestiones del club. Hoy, prácticamente vivimos acá. Cualquiera que nos quiera ver, sabe dónde encontrarnos. Es la única manera de hacer las cosas bien. Hubo mucho tiempo de desidia y el club se vino abajo. Por suerte, somos un grupo de personas amigas que creció acá, amamos al club, solo queremos su crecimiento y no un beneficio personal. Cada uno tiene su trabajo y en su tiempo libre, con mucho sacrificio, asumimos distintos roles en los cuales cada uno hace algo.  

-(Marra) La comisión está formada por un grupo de amigos que lleva al club en el corazón. Cada uno tiene su propio trabajo y, además, le dedica tiempo a esto. Por supuesto que, también, tenemos nuestras discusiones pero siempre son por el beneficio de Crespo Juniors.

-¿Qué actividades se realizan en el club?

- (Del Corno) Hoy tenemos fútbol, boxeo, taekwondo, full training, actividades físicas para la tercera edad, salsa. Y, además, viene a entrenar el club San Telmo con todas sus categorías infantiles y juveniles. Todas estas actividades no existían y comenzaron a funcionar desde que nosotros nos involucramos en el club hace cuatro años. Transformamos un pozón de tierra en una cancha de baby con césped, donde tenemos pensado hacer fútbol femenino. Cambiamos los arcos e hicimos los baños nuevos. Y las obras continúan.

-Uno imagina lo complicado que fue afrontar los tarifazos de este año. ¿Cómo lo resuelven ustedes? ¿Tienen algún subsidio o tarifa social?

-(Del Corno) En estos momentos, estamos en una etapa de transición con la IGJ (Inspección General de Justicia) y subsidios no tenemos porque cuando vas a pedir algún subsidio te exigen hasta la partida de nacimiento del primer socio. Hay muchísima burocracia en torno a esto. Cuando vinieron las boletas con los aumentos, el gasto de luz, gas y agua ascendió a unos 25 mil pesos mensuales. Es un montón de plata para cualquier club de barrio que no cuenta con un ingreso elevado. Pero nosotros le buscamos la vuelta para seguir adelante, no nos bajoneamos con eso, duplicamos esfuerzos, buscamos la manera de recaudar a través de festivales y seguir creciendo. Actualmente, hay alrededor de 400 personas que vienen a participar de todas las actividades y lo logramos en el proceso de un año. 

-(Akgulian) De a poco, fuimos haciendo eventos sociales para fin de año, reyes magos, el día del niño y así le devolvimos a la gente la posibilidad de tener el club que merecen: un club social y deportivo. 

-(Marra) Además, le queremos dar al club un proyecto deportivo. Porque somos eso, un club social y deportivo. Durante muchos años, acá no se hizo nada y nosotros les decimos a los socios y vecinos que el crecimiento en las obras debe estar acompañado de lo deportivo. Así, los pibes de la calle tienen una herramienta importante que es la inclusión. Yo tuve la suerte de jugar al fútbol profesionalmente y aprendí que el deporte es sano y de vital importancia para el crecimiento y desarrollo de los chicos. (N. de la R. Gabriel Marra, categoría 1982, jugó en Argentinos Juniors, El Porvenir, Flandria, San Telmo y Dep. Concepción (Chile). También, formó parte de las selecciones juveniles sub 17 y sub 20). 

El partido de las estrellas

Por lo general, la labor de estos clubes se realiza en el anonimato pero a veces, llegan a ser noticias de los grandes medios. Esto sucedió cuando el 10 de octubre pasado se realizó un partido a beneficio, donde acudieron futbolistas profesionales como Fabricio Coloccini (San Lorenzo), Marcos Díaz (Huracán), Jonás Gutiérrez y Andrés Ríos (ambos en Def. y Justicia), Leonardo Di Lorenzo (Temperley), Pablo De Muner (Barracas Ctral.), Emiliano Giannunzio (Colegiales), Nicolás Chietino y Nicolás Gianni. Gracias a ese evento, donde también participó el club vecino Samoré de Villa Lugano, Crespo Juniors fue la noticia del día y, de esta manera, la Comisión Directiva tuvo su oportunidad de contar algo más que el partido de las estrellas. “La verdad que fue hermoso ver que el club era la noticia del momento. Para nosotros fue emocionante y sirvió para dar a conocer nuestra historia y las necesidades que tenemos, como cualquier club de barrio, en los medios masivos. Y dejame decirte que el esfuerzo que hacemos nosotros por Crespo Juniors, también lo hace la gente que está en otros clubes como Miriñaque, Franja de Oro, Nueva Era o Samoré”, dice Del Corno. “Nosotros no hacemos política partidaria acá. Cada uno puede tener su ideología pero en el club la única política son las obras para todos los chicos y vecinos”, agrega Marra. “Estaremos siempre agradecidos a los jugadores que vinieron y nos dieron una mano desinteresadamente. Gracias al partido fuimos tapa de diarios y nos invitaron a programas de tv. Pero todo esto es por el esfuerzo de mucha gente que trabaja para el club. Un laburo que no siempre se ve y todo esto es por los pibes, de eso nunca hay que olvidarse”, enfatiza Akgulian.

Un techo para Crespo Juniors

“La prioridad hoy pasa por techar la cancha de baby, cuyas dimensiones son de 25 por 47 metros. Por supuesto que estamos dispuestos a recibir cualquier tipo de donaciones. Y el material que pueda ir llegando, lo guardamos. Imaginate que estamos hablando de una obra cuyo valor alcanzaría los 2 millones de pesos”, nos cuenta Del Corno. “Y con viento a favor”, agrega Akgulian quien remarca: “Tenemos que hacerle el piso, las paredes y luego, poner el techo. Por eso necesitamos con urgencia todo tipo de materiales”. “Hace poco vino una vecina que donó un tapado y una bicicleta y esas cosas también nos sirven porque nosotros le buscamos la vuelta para que esas otras donaciones terminen en obras”, relata Marra y continúa: “Hace unos días nos mandaron dos camiones con tierra. Llegaron a la medianoche y tuvimos que venir a esperarlo y bajar la tierra. No podemos decirle que no a nada porque lo necesitamos y si a nosotros no nos sirve, entonces le pasamos el contacto de algún club amigo que sabemos que lo necesita”. La entrevista se interrumpe porque aparece Manuela. Una señora del barrio de Palermo que escuchó una entrevista a Del Corno en un programa radial y se puso en contacto para colaborar. Pero antes de recibir su ayuda, Del Corno la invitó a conocer el club. “Vengo a colaborar por el pecado de omisión”, dice Manuela. “Durante mucho tiempo, he viajado a Lanús. Cuando pasaba por la avenida Sáenz, para cruzar el puente de Valentín Alsina, veía a muchos chicos en la calle. A veces, uno desconoce la forma en la que puede ayudar. Y al escuchar en la radio lo que ellos hacen, bueno, me puse en contacto y aquí estoy para colaborar con mi granito de arena”.

El compromiso social de Crespo no se limita a sus socios. Existe un acuerdo con la Fundación Pediátrica Argentina (FUPEA), por la cual los niños trasplantados y en espera de trasplante del Hospital Garrahan realizan su recuperación de manera gratuita utilizando las instalaciones del club. “En lo personal, la satisfacción de ver a los chicos trasplantados acá es indescriptible. Siento una felicidad absoluta y aprendo de la fuerza de voluntad que tienen”, dice Marra emocionado. 

La recuperación del club y su crecimiento “es trabajo de todos. No sólo de nosotros, sino también del apoyo del vecino, de los padres que nos ayudan cuando hay que hacer cualquier tipo de trabajo, desde pintar una pared hasta sembrar la cancha”. Lo remarcan ellos que son los que ponen el lomo. Sin los vecinos, sin los padres de los pibes no se podría. Este sueño recuperado no sería posible sin el barrio. Al fin y al cabo Crespo Juniors es Nueva Pompeya. Es lo que las políticas económicas quisieron aniquilar. Es lo que se necesita recuperar.Un club de barrio. Un barrio.

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