Del Bajo Flores al Vaticano

por Revista Cítrica
11 de octubre de 2015

La historia de la radio comunitaria preferida del Papa Francisco

Cuando cumplió un año al frente de la Iglesia, Francisco decidió darle una entrevista a FM Bajo Flores. La noticia recorrió el mundo. No sólo era a una radio comunitaria, sino que era la primera entrevista del Papa a un medio de comunicación argentino.

"Fuimos tapa de varios diarios. Fue el día que una radio comunitaria marcó agenda, una manera de dejar atrás el paradigma de que las radios comunitarias tienen que ser chiquitas y escuchadas por pocos. Aquella vez pudimos romper el cerco mediático, que acá en el barrio sólo se rompe a través de un hecho policial", dice Eduardo Nájera, desde la terraza de FM Bajo Flores, que con 19 años de vida se transformó en mucho más que una radio para el barrio: allí funciona un comedor y un centro de jubilados, se dan clases de apoyo escolar, talleres de periodismo, fotografía, música e informática, entre otros.

Como en el Bajo Flores se da mucho la práctica de la religiosidad popular, dentro de la grilla hay programas de diferentes capillas como de las colectividades presentes en el barrio: la peruana, boliviana y paraguaya. Por supuesto, el fútbol también ocupa un lugar importante. La FM 88,1 realiza coberturas, con relatos, comentarios y vestuarios, de los partidos de Boca, San Lorenzo y Riestra. Cuando juega Riestra, todo el barrio se suma a la transmisión y la página web colapsa.

Nacida en 1996, los orígenes de la radio se remontan más atrás y están ligados a la historia del peronismo revolucionario y a la pastoral popular. "Somos peronistas de Perón y Evita, pero también de John William Cooke y de tantos otros compañeros, una generación que dejó todo por las grandes banderas del peronismo: justicia social, independencia económica y soberanía política. También estamos vinculados al trabajo de siempre de los curas villeros", apunta Nájera, coordinador general de la radio y uno de los fundadores y miembro del equipo de dirección, quien aclara que "sin embargo dentro de la radio hay compañeros que no son peronistas, como hay compañeros que son ateos o agnósticos". Los condicionamientos ideológicos, según aseguran, tampoco se ven en la grilla. Uno de los programas, por ejemplo, se llama Flores Silvestres. Empezó siendo un programa de mujeres del barrio y hoy se transformó en un espacio de discusión, debate y puesta en marcha de políticas de género. “Y ahí se habla del aborto, un tema que no es el del agrado de la Iglesia y que ni siquiera Cristina ve con buenos ojos, pero para nosotros es algo importante sobre lo que hay hablar”.

LOS COMIENZOS

"Los comedores de la 1-11-14 estaban a empezando a ser algo más que comedores. La nueva economía menemista no había podido con los vecinos y los militantes que sabían cómo venía la mano. Día a día se fortalecían los lazos, se hacían misas por los desaparecidos, se realizaban jornadas de vacunación, se hablaba de pelear por la salita del barrio, se seguía adelante con los reclamos históricos del barrio. Y una de esas tantas cuerdas que tocamos fue tomar en nuestras manos la comunicación para empezar a comunicarnos una vez más", dice una de las páginas de Micrófonos para el pueblo, el libro que cuenta la historia del barrio y de la FM Bajo Flores, de sus inicios hace casi dos décadas.

El trabajo que día y noche realizaban en el barrio militantes, vecinos y curas villeros encontró, a principios de los noventa -cuando la desmovilización era moneda corriente y el neoliberalismo arrasaba con la política-, otra forma de supervivencia. Se reciclaron las viejas bocinas de las unidades básicas en desuso y se le dio vida a la propaladora: desde los techos del comedor, o de la parroquia o del centro de salud que también fue producto de una larga lucha de vecinos, se colocaron las bocinas que, los sábados, pasaban noticias y actividades del barrio. Los vecinos pedían temas, mandaban saludos y compartían información útil para la comunidad.

"Se discutió la importancia para el barrio de construir un medio de comunicación. En un momento donde todo se privatizaba, incluso la palabra. Y los jóvenes estaban alejados de la política, porque era algo mal visto. Épocas en que las unidades básicas cerraban", recuerda Eduardo esos días en que el sacerdote Carlos Moia apareció entusiasmado porque podía conseguir un transmisor.

Así fue que el 1 de junio de 1996 , desde la terraza del comedor Angelelli, en la esquina de Riestra y Camilo Torres, alguien le dio play a un casete de León Gieco. “Suelta muchacho tus pensamientos/ como anda suelto el viento/ sos la esperanza y la voz que vendrá/ a florecer en la nueva tierra”, decía, como un augurio, la canción Hombres de Hierro. La que la daba vida a la FM Bajo Flores, y en cuyo estribillo también había un mensaje que representaba el espíritu de un barrio que, entre otras cosas, creció al calor de la resistencia peronista y se bancó la dictadura y las topadoras de Cacciatore: “Gente que avanza se puede matar, pero los pensamientos quedarán”.

"La radio iba a contar con la participación de las organizaciones del barrio, se iban a tocar temas como la salud, la vivienda y la educación, estarían presentes en la memoria los desaparecidos. Pero sobre todo, había que esperar que el barrio determinara hacia dónde se iba a caminar", se pensó en ese momento y hoy se lee en el libro que, entre otras experiencias, cuenta cómo una de las premisas de los miembros de la radio tenía que ver con estudiar, capacitarse, formarse para en el futuro ser profesionales y multiplicar los saberes. Esos jóvenes que por ese entonces tenían 14, 15 años hoy son profesores, muchos de ellos egresados de universidad, y son quienes dictan los talleres. Hay 17 diferentes: Guitarra y música, alcoholismo, periodismo deportivo, radio, fotografía, diseño gráfico, TV Comunitaria, edición de audio y sonido, Internet y redes sociales, entre otros.

Una de las preguntas que más le hacen a los integrantes de la radio cada vez que participan de charlas, presentaciones o debates, es cómo se sostienen económicamente. "Nuestro eslogan es sin fines de lucro pero sin fines de pérdida", responden desde un espacio en el que desde hace años se discute acerca del rol y el funcionamiento de las radios comunitarias. "Algunos están en contra de recibir publicidad, y lo respetamos. Pero nosotros sí recibimos. Tenemos pauta del gobierno de la Ciudad, de Provincia y de Nación, y también publicidad privada. El problema es cuando el que paga te condiciona tu línea editorial. Hasta ahora no nos pasó", asegura Eduardo, quien también explica que realizan convenios con diferentes organismos públicos y privados.

A la histórica sede de Riestra y Camilo Torres, en los últimos años se sumaron otras dos: Zañartú 1108, en Parque Chacabuco, y Boedo 1986, en Boedo. Allí también se brindan diferentes talleres orientados a la comunidad, que van desde la comunicación hasta clases de yoga.

FRANCISCO, UN VIEJO CONOCIDO

“Cuando era cardenal venía mucho al barrio. Era muy cercano a los curas villeros. Y cuando estuvo al frente de la Iglesia argentina hizo mucho por los barrios, multiplicando los sacerdotes en las villas: trajo curas muy enérgicos, que laburaban mucho con los vecinos. Y también hizo mucho contra el flagelo de la droga, abriendo muchas puertas para combatir el paco. Se lo veía seguido por acá, y un día vino a la radio a preguntarnos por la Ley de Radiodifusión. Nos sorprendió todo el tiempo que se quedó escuchando atentamente lo que pensábamos acerca de la comunicación popular y cómo se interesaba y hacía preguntas”. Eduardo recuerda como hoy el día que Jorge Bergoglio, después de toda esa charla, les preguntó cómo podía darles una mano. La FM Bajo Flores formaba parte de la Coalición por una Radiodifusión Democrática, militaban activamente -participando en todos los foros y debates, pegando afiches, dando su testimonio ante legisladores y quien lo quisiera escuchar- por una nueva ley de Radiodifusión que les reconociera sus derechos, que los protegiera ante las amenazas y decomisos de equipos, antes las persecuciones constantes de parte del propio estado. Y por supuesto, también soñaban. Con ser más grandes, más escuchados. Entonces le dijeron a Bergoglio que necesitaban cambiar el transmisor. Enseguida el cardenal los contactó con una ONG religiosa de Alemania y le puso la firma al proyecto que presentaron y que, aunque llegaron a la instancia final, no se pudo hacer realidad porque la beneficiaría fue una ONG africana. Sin embargo la historia no terminaría allí.

Al poco tiempo de esa larga conversación en la radio, y en plena audiencia pública en el Congreso de la Nación, el arzobispo de Mercedes-Luján y presidente de la Comisión Episcopal de Comunicación Social, monseñor Agustín Radrizzani, apareció dando el apoyo de la Iglesia Católica a la Ley de Medios que se discutía en el Parlamento. Era una señal de que los tiempos estaban cambiando, de que ese sueño por el que muchos los habían tildado de “ilusos” podía ser realidad.

Esa gran noticia que significó la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual fue producto de una larga lucha y militancia por una comunicación popular y democrática. Era algo esperado. No así el “Habemus Papa” que atragantó a un Eduardo Nájera que comía una milanesa y que levantó de un salto a uno de los pibes del barrio que, al ver a Francisco en la tele, gritó: “Ése fue el que me lavó los pies”. Sí, Bergoglio había sido quien en una de las celebraciones del jueves santo en el Hogar de Cristo Don Bosco le había lavado los pies a ese joven de la 1-11-14 que luchaba por salir del paco.

Ese mismo hombre que, un tiempo después y ya como Papa, marcaba el número de teléfono de uno de los integrantes de la FM Bajo Flores.

-¿Qué necesitan?- dijo después de saludar.

-Su bendición, su Santidad.

-Eso ya lo tienen.

-Entonces le pedimos una entrevista para la radio.

A los pocos días el Papa les mandó un saludo grabado y poco después se comunicaron desde el Vaticano con FM Bajo Flores para organizar la entrevista. “Estuvimos como tres días debatiendo las preguntas. Definimos doce y si bien algunas pensábamos que no iban a pasar el filtro, las mandamos igual. Francisco contestó todas”, relata Eduardo acerca de ese entrevista inolvidable que se puede ver en Youtube ("El Papa de los villeros le habla al pueblo de Dios").

Ya con eso, estaban más que felices en el barrio. Pero el Papa volvió a llamar y dijo: "Estoy en deuda con ustedes: yo les quiero donar el transmisor”. Pronto, con la nueva máquina, FM Bajo Flores podrá llegar a más oyentes, mucho más allá del barrio. Es un gran paso, pero tanto en el barrio como en la radio, no se conforman. Hay que seguir luchando y militando, porque tal lo expresan en el libro, “nuestra radio está llamada a ser un medio de comunicación destinado a crecer y derribar fronteras. Ahora hay una ley de medios que nos ampara, una ley que nosotros mismo construimos en un brebaje popular de organizaciones sociales, organismos de derechos humanos, radios comunitarias, las Madres y las Abuelas, la CGT y la CTA, todos. Todos menos lo grandes medios de empresariales que aunque están dentro de esta ley pelearon con uñas y dientes para para no perder los privilegios. Y que están dispuestos a seguir, no tengas ninguna duda”.

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