Afrodescendientes: Recuperar la historia

por Revista Cítrica
20 de junio de 2013

La cultura afro fue silenciada en nuestro país pero sigue presente en el candombe porteño.

Una  parte   de  los  afrodescendientes que vive hoy en Argentina es tataranieto  de esclavizados del  siglo XIX; otros provienen de nuevas inmigraciones de fines  del  siglo  pasado. Muchos se instalaron  en Capital Federal,  el  conurbano  bonaerense y en  varias  provincias. También existe una importante comunidad de caboverdianos, nietos de aquellos que llegaron como mano de obra barata para trabajar en los puertos.

Los afrodescendientes de y en Argentina  tienen más que ver con nuestro presente que con personajes congelados en manuales de la escuela primaria. Derribando el mito de que ya no están, hacen al país de todos  los días. “Estas tierras se construyeron con la fuerza de los africanos, hay que romper con esa europeización y aceptar que Argentina también está hecha de esas raíces. Para tener la independencia que tuvimos, nuestros negros fueron carne de cañón”.

"En un país que se piensa blanco no hay lugar para los negros. Y el argentino no se piensa negro, esa es la verdad”, nos dice Carlos Álvarez, referente de la agrupación Xangó,  afrodescendiente nacido en Uruguay pero que  adoptó la otra  orilla  del Río de la Plata  para  llevar  adelante su militancia por una  identidad cultural ignorada en la historia oficial. Y así arranca la entrevista con Cítrica, interpelándonos sobre un país que aún no reconoce que sus inmigrantes bajaron de los barcos de Europa pero también de los barcos de negros esclavizados.

“Muchos piensan que los negros  murieron en  las guerras  independentistas o con la fiebre amarilla. Pero hoy podemos  contar que no desaparecimos. Incluso vemos  rasgos fenotípicos en personas que no se reconocen con raíces negras.  Por eso es importante el cambio social  y político que  se está  dando en este último  tiempo. El Estado comienza a reconocer nuestra existencia”, señala Carlos. 

Los investigadores que apuestan a revisar  la  historia argentina coinciden en  que  la desaparición del afrodescendiente como  actor  social fue una  de las tantas decisiones políticas que se tomaron durante el proceso de consolidación del Estado-Nación. La acepción del país dicotómico que Sarmiento ideó, con civilizados y bárbaros, no  dejó  lugar  al multiculturalismo. El resultado fue siniestro para  las minorías: la  negación del valor  de la identidad de los grupos no  europeos. En este proceso  se relegó a los afrodescendientes y a los pueblos originarios.



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