Juicio Rafael Nahuel V: tres mapuche baleados por la espalda

por Revista Cítrica
Fotos: Roxana Sposaro
22 de septiembre de 2023

Los testimonios de la semana evidencian irregularidades en la manipulación del cuerpo de Rafa y en las pericias balísticas para beneficiar a los prefectos. Cobertura colaborativa Revista Cítrica, Infoterritorial y Radio Zona Libre.

Gioia Claro-Roxana Sposaro. Cobertura colaborativa Revista Cítrica, Infoterritorial y Radio Zona Libre.


Las circunstancias represivas se tocan con las judiciales en el contexto de persecución al pueblo mapuche. La sexta semana del juicio a los Albatros por el asesinato de Rafael Nahuel Salvo, que se desarrolla en General Roca, coincidió con las dos únicas audiencias, en Bariloche, del juicio contra otra mapuche, Yessica Bonnefoi Carriqueo Antimil, acusada de efectuar un rasguño a una Cabo de la Policía, cuando se resistía a que le quiten su hijo de un año de los brazos durante el desalojo de Lof Lafken Winkul Mapu. Dos días después de ese episodio, en ese mismo lugar montaña arriba, asesinaron a Rafa por la espalda.

Lo inédito es que mientras en este juicio a los efectivos de Prefectura se debate si hubo enfrentamiento con armas de fuego, en el de la mujer mapuche no se menciona más que un rasguño. Durante el megaoperativo represivo, ordenado en noviembre de 2017 por el juez Gustavo Villanueva, asesinaron a Rafael Nahuel y otros dos integrantes de la comunidad fueron alcanzados por las balas 9 milímetros, mientras los uniformados sólo reportaron daños leves y un piedrazo.

El martes declararon en el juicio tres peritos del Centro de Investigaciones Fiscales (CIF) del Ministerio Público de Salta que realizaron la tercera pericia balística y el análisis del informe sobre residuos de fulminante (partículas que, según su composición, pueden referir a residuos de disparo de armas de fuego) realizado sobre las muestras tomadas de las ropas y manos de Rafael Nahuel y las dos personas que bajaron su cuerpo. También un ex abogado de la familia de Rafa y el médico que asistió a otros dos jóvenes mapuche heridos de bala en el territorio Villa Mascardi dentro del mismo operativo.

Hector Barbosa, Ingeniero Químico del CIF, realizó el informe pericial balístico junto al Licenciado en Criminalística Hugo Dante Flores Solís y los dos peritos de parte, Martin Spotorno y Agustina Oberti. Los cuatro coincidieron en que el proyectil “A” que dio muerte al joven mapuche corresponde a la pistola “P , del Prefecto Guillermo Cavia, quien llega a este juicio como el autor del homicidio doblemente agravado, junto a los otros 4 prefectos del grupo Albatros Francisco Javier Pintos, Carlos Valentín Sosa, Juan Ramón Obregón y Sergio Damián García, que lo hacen en calidad de partícipes necesarios.

Si bien los peritos de parte expresaron en sus declaraciones que estos análisis son "subjetivos" y dependen de quienes observan y su formación profesional, el perito Barbosa se refirió a esta conclusión como “categórica e irrefutable”, contradiciendo la primera pericia (realizada en enero de 2018 por los peritos Roberto Nigris, Karina Uribe y la perito por la parte querellante, Silvia Bufalini) que señalaba como arma homicida a la del prefecto Javier Pintos. 

Esta disyuntiva es uno de los ejes de debate desde que comenzó el juicio: en estos 6 años se han realizado 3 pericias sobre la bala que mató a Rafa, buscando determinar de quién era el arma que la disparó. La primera pericia realizada sobre las 24 armas secuestradas, señaló al subfusil de Javier Pintos. La segunda, realizada por peritos pertenecientes a las fuerzas de seguridad implicadas, se realizó sólo sobre las armas de Pintos y Juan Obregón, negó la correspondencia de ambas. Y una tercera, realizada en Salta, nuevamente sobre las 24 armas, encontró correspondencia con el arma del albatro Sergio Guillermo Cavia.

Tanto Barbosa como el siguiente perito testigo, Flores Solís, detallaron y defendieron el trabajo realizado en la tercera pericia. Cabe recordar que en la tercera pericia las armas a cotejar llegaron en dos instancias diferentes. Esta irregularidad es otra de las cuestiones que generan dudas respecto a la cadena de custodia, aunque los profesionales del CIF declararon que esto no fue algo que les haya llamado la atención.

El tercer testigo de la jornada fue el Ingeniero químico Jose Luis Manzano, quien realizó la interpretación del estudio de partículas realizado en el Centro de Caracterización de Materiales, del Centro Atómico Bariloche, sobre las muestras tomadas de las ropas y manos de Rafa y las dos personas que lo bajaron de la montaña, Fausto Jones Huala y Lautaro González Curruhuinca.

“Fue bastante manoseado el cuerpo”, sintetizó una médica que estuvo presente en el territorio el día del asesinato de Rafa.

Señaló que en un video del procedimiento que le entregaron como parte de la documentación de la pericia, observó cómo una de las personas que manipulaba las muestras a analizar, presionaba con su dedo pulgar sobre el muestreador, lo que calificó como “una desviación sobre la preservación" al momento de colocar la muestra sobre la platina.

Manzano también dio cuenta de las múltiples posibilidades de transferencia por las que una persona que no haya disparado ningún arma podría resultar contaminado y portar restos de plomo, bario y/o antimonio: “existen transferencias que pueden suceder por una persona que utilizó un arma de fuego, manipuló un arma de fuego y luego tuvo contacto con una segunda persona y le transfirió esos esas partículas” y que “esas partículas no tienen una adherencia química con la superficie en la que entra en contacto, sino física, por lo tanto, pueden desprenderse de la superficie con acciones mecánicas”.

El hecho de tomar contacto una persona que manipuló un arma con una segunda persona -declaró- puede implicar la transferencia secundaria de esas partículas; también hay publicaciones que dan cuenta de transferencia terciaria”.

En estos 6 años se han realizado 3 pericias sobre la bala que mató a Rafa, buscando determinar de quién era el arma que la disparó.

 

La camaradería entre las fuerzas de seguridad

También declaró el ex abogado de la familia de Rafael Nahuel, Juan Manuel Mandagaran. quien inició su intervención en la causa en noviembre del 2018, días antes de la realización de la segunda pericia balística a cargo de Gendarmería Nacional en Buenos Aires, de la que también participó el perito de parte de la defensa, perteneciente a la Prefectura.  

Mandagaran aclaró que no se logró la presentación de un perito de parte de la familia en aquella ocasión y que sólo pudo asistir a la apertura de muestras de las pericias porque debió volverse a Bariloche. Manifestó también que al solicitar la presencia de un abogado de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) en Buenos Aires para que continuara y presenciara el cotejo entre el proyectil y las armas que realizó Gendarmería, le negaron el pedido. Por lo tanto, sólo peritos de Prefectura y Gendarmería Nacional participaron de esta pericia, que llamativamente no señaló a ningún homicida. “Entre ellos tenían una llamativa camaradería que no la tenían con las otras partes”, sintetizó.

En la tercera pericia las armas a cotejar llegaron en dos instancias diferentes, una irregularidad que genera dudas con respecto a la cadena de custodia.

Otro testigo que aportó datos reveladores que reafirman cada vez más la hipótesis de la huida, fue el médico Ramón Chiocconi, que relató que un día después del homicidio lo llamó Luis Pilquiman, del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), contándole que se había reunido con diferentes sectores por la situación que era de conocimiento público y conmovía a gran parte de la sociedad de Bariloche. Fue convocado para asistir a los heridos que estaban aún en el territorio. 

Relató que llegó hasta el lugar con un grupo en el que se encontraban el juez federal Gustavo Villanueva, que había ordenado el violento operativo; la fiscal Silvia Little, el obispo Juan José Chaparro y los abogados Natalia Araya y Rubén Marigo de la APDH, entre otros. Señaló que la fiscal y el juez se quedaron en el hotel lindero al territorio. Él y el resto del grupo se dirigieron en subida no más de 50 metros de la ruta y allí se encontraron, alrededor de un fogón, a no más de 15 personas, la mayoría mujeres y niños.

Entre ellos se encontraban Johana Colhuan y Gonzalo Coña; los dos tenían heridas de bala con orificio de entrada por detrás, una en el codo y el otro en el hombro. “Estaban en buen estado en general pero con mucha angustia y miedo”, recordó el médico, que también señaló que fue en ese contexto que le dijeron que “a Rafa le dispararon cuando se agachó a levantar una piedra”. Al salir del lugar firmó un acta que labraron junto al juez y la fiscal.

 

Un cuerpo "bastante manoseado"

Victor Hugo Parodi, médico del Hospital de Bariloche, declaró el miércoles que él estaba de guardia cuando recibieron un llamado el 25 de noviembre de 2017, pidiendo ambulancia por dos o tres heridos en Villa Mascardi. Al llegar al lugar de los hechos, relata que vio cómo bajaban dos personas un cuerpo en una improvisada camilla, tapado con ramas. Revisó el cuerpo y confirmó su deceso.También declaró que a los dos jóvenes que bajaron el cuerpo luego los vio esposados boca abajo en la ruta.

Por su parte, Carolina Zombori, otra médica del hospital que llegó detrás de Parodi, fue testigo del procedimiento de inspección y toma de muestras por parte de Criminalística sobre el cuerpo del joven mapuche. Expresó que le llamó mucho la atención cómo el personal uniformado trataba el cuerpo: “lo dieron vuelta para un lado, lo dieron vuelta para el otro lado”, declaró. Además, detalló que las bolsas de papel que se colocan en las manos para proteger de transferencias y realizar las muestras de fulminantes las colocaron “bastante más sobre el final de toda la revisión”.  “Fue bastante manoseado el cuerpo”, sintetizó.

“Entre ellos tenían una llamativa camaradería que no la tenían con las otras partes”, declaró el abogado de la familia de Rafa que participó en una de las pericias realizadas por las fuerzas de seguridad.

También recordó que vio dos o tres detenidos dentro de un móvil de las fuerzas de seguridad y que en un momento de la tarde escuchó desde la montaña muchos gritos,  ruidos, piedrazos “y dos o tres disparos”. Aquí Mariano Przybyski, querellante por la Secretaría de DDHH de la Nación, manifestó una contradicción, ya que en su primera declaración, tomada luego del hecho, había negado rotundamente haber escuchado disparos. Frente esta contradicción marcada, respondió “hoy me suena haber escuchado sonidos que parecían de disparos, pero no recuerdo”. También observó las condiciones en que el personal de salud realiza sus tareas: “todos tenían chalecos antibalas, menos los médicos”, detalló.

La próxima semana ampliarán sus declaraciones indagatorias los Prefectos Juan Obregón y Sergio Garcia, ambos imputados en la causa. Y llegarán finalmente a esta instancia del debate las voces de tres miembros de la comunidad que estaban con Rafael aquel día: Johana Coluhan, Fausto Jones Huala y Lautaro González Curruhinca. También escucharemos a su tía, Maria Nahuel.

Desde distintas organizaciones del pueblo mapuche y no mapuche se convoca a acompañar en las afueras del Tribunal de Gral. Roca a los testigos que decidieron, pese a las dificultades económicas y de traslado que implica llegar a más de 600 kilómetros de Bariloche, asistir de manera presencial a presentar su versión de los hechos.
 

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