“El etiquetado frontal tiene que ser parte de nuestra política pública”

La nutricionista y referente de la soberanía alimentaria en nuestro país, Myriam Gorban, pidió terminar con el engaño en las etiquetas y desafió a la industria: “El modelo productivo hegemónico tiene que dejar de darnos alimentos contaminados”.

“Tengo la preocupación de que en los últimos tiempos el derecho a la alimentación, uno de los derechos básicos de la vida del planeta, no se cumple. ¿Y por qué no se cumple? Porque  hay un proceso Inflacionario que reduce la alimentación de los sectores más vulnerables, hay un modelo productivo hegemónico que brinda alimentos contaminados y viola el derecho a la información pública porque no sabemos lo que comemos. Y no solo con el etiquetado frontal. 

Quiero decirle, con respeto, a todos los sectores de la industria que el rol de la función pública y la responsabilidad social de la que siempre cacareamos no se cumple en todos los casos. Hay una publicidad engañosa, lo vivimos todos los días. Una publicidad engañosa que lamentablemente no está regulada por el Estado, que debiera hacer los controles en beneficio de la población. Una publicidad engañosa que en especial, en nuestro país, está dirigida a los niños, a quienes trata como futuros consumidores, no como futuros ciudadanos. La industria de ultraprocesados está al frente de un fraude alimentario.

A los niños la publicidad engañosa le promete créditos de meritocracia, les promete que van a hacer más lindos, más inteligentes y mejores alumnos, si consumen tal o cual producto; estos son los métodos que están manejados por la industria de alimentos ultraprocesados. Apelo a toda la industria a que revise la publicación de la Universidad Argentina de la Empresa que habla de fraude alimentario. 

La publicidad engañosa está dirigida a los niños, a quienes trata como futuros consumidores, no como futuros ciudadanos.

Muchas veces la etiqueta dice que la miel es pura de abeja y resulta ser jarabe de maíz de alta fructuosa;  hay que controlar los alimentos de bajas calorías como mayonesa y yogures porque si los comparamos con los alimentos de base resulta que su reducción es mínima.

Siempre recurro al ejemplo del queso rallado. Algunas marcas solo dicen rallado en su etiqueta. Y si se lee bien es sémola con extracto de queso. Eso en un celiaco, que solo pretende comer queso rallado, puede desatar una catástrofe. 

Es importante que temas de este nivel sean discutidos en el plano legislativo porque tenemos la necesidad de regular, la necesidad de que el etiquetado frontal sea parte de nuestra política pública como lo hicieron Perú, Chile, México y Uruguay.  Parece ser que las famosas limitaciones del Mercosur no existieron para estos países que dictaron sus políticas públicas en defensa de la salud y la vida.

La industria de ultraprocesados está al frente de un fraude alimentario.

Acá se trata de dos caminos: o defendemos la salud o defendemos los negocios. Nosotros defendemos la salud y la vida. Y aclaro que yo no tengo conflicto de intereses, mi subsistencia está cubierta por mi jubilación”. 

Las palabras de Myriam Gorban en la videoconferencia en vivo de la Cámara de Diputados de la Nación del 6 de abril, donde estuvieron presentes las comisiones de legislación general; acción social y salud pública; defensa del consumidor, del usuario y de la competencia; industria.

La Cámara de Diputados empezó a tratar ayer en comisiones el proyecto de ley de promoción de alimentación saludable y etiquetado frontal de alimentos. La iniciativa tiene como objetivo que les consumidores adviertan a través de la colocación de una serie de sellos frontales en los envases de alimentos sobre los excesos de componentes como azúcares, sodio, grasas saturadas, grasas totales y calorías, a partir de información clara, oportuna y veraz.
 

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