La escuela sin techo

por Revista Cítrica
16 de febrero de 2018

Al colegio Isauro Arancibia, el Gobierno de la Ciudad lo desprecia tanto como a los pibes y pibas en situación de calle que asisten allí en busca de educación. Las clases empezarán en un edificio provisorio donde no podrán realizar sus talleres.

Por Susana Reyes *

Durante 20 años, cada estudiante, maestro y maestra que se incorporó al Isauro Arancibia sumó un anhelo y así, colectivamente, fuimos construyendo este gran sueño "pedagógico". La escuela se transforma permanentemente y no se limita paredes adentro de la escuela, las traspasa hacia las calles, hacia los barrios.

Este hermoso proyecto que alberga 300 estudiantes en tres niveles educativos, con formación para el trabajo, emprendimientos productivos y talleres de arte parece que está destinado a pelear siempre por su espacio físico, por su edificio. Esta lucha la venimos librando desde el inicio. Pasamos cuatro mudanzas en distintas entidades alojantes hasta que conseguimos en  2011 que el Ministerio de Educación cediera al Isauro el edificio de Paseo Colón 1318. 

Se trata a la escuela con el mismo desprecio con que tratan a los pibes que asisten a ella.

Los estudiantes que vienen a la escuela están en situación de calle, muchos duermen sobre Paseo Colón debajo de la recova, la escuela es su referencia, es un lugar seguro en todo sentido. Desde 2011, cada inicio de clase debíamos mudarnos al piso de arriba o al de abajo porque nunca terminaban de mejorar las condiciones edilicias. 

Luego apareció el Proyecto Metrobus y decidieron que necesitaban demoler el Isauro para poder llevarlo adelante. Toda la comunidad educativa se puso al frente de esta lucha en defensa del espacio, trabajamos intensamente el eje de ciudadanía en cada acción. Todas las batallas las llevamos adelante acompañados del sindicato, organizaciones sociales, vecinos y amigos.
La justicia dictó un amparo y obligó a poner la escuela en condiciones, también estuvimos en obra, mudando las cosas de un lugar a otro. Todos estos movimientos implicaron pérdidas de materiales de trabajo, algunos muy costosos y ninguna autoridad se hizo responsable.

Finalmente llegó la propuesta en julio de 2017: compraron el terreno de al lado y agrandarían la escuela. Tuvimos que dejar el edificio a fines de noviembre con la promesa de que el 15 de febrero ya tendríamos lugar para reunirnos los y las docentes; el 5 comenzarían las clases normalmente.

Todas las batallas las llevamos adelante acompañados del sindicato, organizaciones sociales, vecinos y amigos.

Hoy el edificio donde funciona el Isauro esta derruido, es triste pasar frente a este espacio que latía, lleno de vida. Ahora está sin techo, como gran parte de la población de esta ciudad y como sus estudiantes que además tienen la incertidumbre sobre qué pasará con su escuela. Nos ofrecieron un lugar alternativo por estos meses, hasta julio, dicen….en Carlos Calvo 190, donde estaba el INDEC y ahora está vacío porque también lo van a demoler para que pase el metrobus.

Sin embargo ese lugar, ese techo no está preparado para albergar al Colegio: no tiene cocina, ni siquiera gas. Los talleres de panadería y de costura con los que estudiantes aprenden oficios y tienen sus propios emprendimientos no serán posibles. O sea: allí no tendrán la posibilidad de trabajar.    

Se trata a la escuela con el mismo desprecio con que tratan a los pibes que asisten a ella. El Isauro como proyecto educativo es muy respetado y muy valorado y tiene muchos premios pero son políticas que no les interesan, no les interesa la población con la que trabajamos nosotros.

Cada estudiante, maestro y maestra que se incorporó al Isaurosumó un anhelo y así, colectivamente, fuimos construyendo este gran sueño.

La escuela está en obra: hay mucho desamor y falta de interés, esperamos que nos devuelvan en julio, lo único seguro que tienen es la escuela y vean a escuela en este estado, vamos a estar buscando.

Ahora otra vez la mudanza, otra vez la incertidumbre, otra vez nuestros tan preciados libros y películas, desparramados, perdidos….Tanto perdimos en la mudanzas. Pero el Isauro vive, late y se fortalece. Seguimos soñando, seguimos luchando porque los pibes quieren escuela. Porque defendemos la escuela pública.

 Apostamos a la educación como herramienta de transformación y nuestros estudiantes la eligen a diario.

Gracias a todos los amigos, amigas, compañeros y compañeras que preguntan por el Isauro, pronto los vamos a convocar para contarles que seguimos de pie y que vamos a volver… a nuestro lugar de siempre.

* Directora del Centro Educativo Isauro Arancibia

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